GlorySixVain ha tenido muy claro siempre lo importante que es madurar. Con lo acelerado que va todo últimamente, el momento actual es uno en el que tienes que estar espabilado o la gente pasa de ti muy rápido. Por si esto fuera poca presión, que te fiche La Vendición y que este sea tu primer disco con ellos es motivo para ponerse las pilas. Glory se ve en la tesitura de demostrar todo de lo que es capaz tanto a su público como a la industria.
YELA es el título del proyecto con el que ha decidido sacar músculo, y estas letras son un acrónimo al que él mismo ha dado sentido. Hay que profesionalizarse para entrar en esta industria y que te tomen en serio, el reto está en mantener la esencia, pero ese barro del que viene Glory Ya Está Lejos, Amor.
Curiosamente Yela también es una variante del nombre árabe Yelena. El significado detrás de este nombre es “luz” o “resplandor”. Eso es lo primero que nos entra por los ojos al enfrentarnos a este disco. La portada se presenta como un cuadro en el que un resplandor níveo cubre todo el fondo, con el reflejo de un espejo de mano mostrando la figura de Glory cubierta por un velo con motivos decorativos y una gorra plana de los Yankees. Un portadón que se aleja de esa oscuridad que podíamos ver en Las Trampas Ocultas de Spiderman o 686. Es casi paradójico que se alcance esta limpieza en lo estético cuando entras de lleno a un sello tan “rudimentario” como La Vendición, pero eh, no nos quejamos.
Lo que más me sorprendió cuando me enfrenté por primera vez a YELA fue sin duda la duración del disco: cuarenta y cinco minutos que pueden parecer pocos pero que se hacen más cuesta arriba cuando ves que están repartidos en diecisiete temas. Da la sensación de que está volviendo la tendencia de los discos largos. Ya pasó con Metrika, que además es de la misma quinta que Glory, con su disco Madre Fundadora nos entregó un paquete que tampoco llegaba a la hora de duración pero que contaba con veinticuatro canciones. Muchos se alegrarán de que vuelva esta tendencia y que los artistas se preocupen de crear un cuerpo de trabajo de mayor grosor sin sacrificar calidad en el camino. La pregunta aquí es: ¿consigue Glory alcanzar este equilibrio?
Hay que empezar hablando de las producciones. Cuenta con nombres como Pochi, Jose The Engenier, Damnpablo o Roydee entre otros. El punto fuerte de este disco es sin duda la variedad a la hora de elegir los beats. Cada tema se siente muy distinto de los demás, excepto dos o tres. Con lo que sí que no se siente muy distinto es con todo lo demás que hay fuera de este álbum. La gente de La Vendición se ha acostumbrado a un sonido específico y parece que les cuesta salir de ahí. Por eso es complicado escuchar cualquier canción del disco y sentirla como algo totalmente nuevo. Hay también ciertas inspiraciones que vienen de más allá del charco, la más destacable siendo el “Ken Carson type beat” que se marca PAINKID en No quiero Dormir, el tema con Yung Beef. Este productor ya había trabajado con Fernandito en temas recientes como AL DENTE o ZKITTLEZ y se nota en ciertas señas de identidad ya establecidas que hacen flaco favor a Glory a la hora de definir su estilo.
Pero tampoco le voy a echar peso en los hombros por cosas que no corren directamente de su cuenta. Lo que pone Glory aquí es su voz, que puede chirriar en un primer acercamiento pero quien lo conoce ya sabe los berridos saturadísimos de autotune que lo caracterizan. Si quieres comprar el paquete, genial, lo vas a disfrutar. Si no conoces el procedimiento, agárrate que vienen curvas. El principal riesgo al que se enfrenta Glory cuando le pone voz a un proyecto tan largo es el de ser cargante. Y para mí ese momento llega en el tema número diez: Flores de Lego, que si bien en la producción tiene cosas interesantes, después de la tralla que llevas encima con diez temas es lo último que me apetece escuchar. Luego se las apaña para remontar y sorprender; el tema con El Bugg y el tema con Metrika me parecen dos highlights del disco por la capacidad de adaptación de las colabos y lo atrevido de hacer una bachata con El Bugg. Es curioso como dos chavales de la nueva han logrado eclipsar a la colabo de Yung Beef, que como pasó en el disco de Dellachaouen, colaborador recurrente de Glory también, su verso acaba siendo perezoso y carente de personalidad, falta hambre ahí. Y no todo son colabos, hay un buen puñado de temas en los que sabe defenderse sin ninguna ayuda, y entre ellos destaca Ruinera, que cuenta con un estribillo pegadizo de cojones sobre un jersey club que no falla.
Es en la racha final del disco cuando intenta hacer algo personal y potente pero no termina de encajar del todo. Descansito de Dios me parece un tema redundante y muy pobre a nivel técnico y lírico para lo que quiere contar e incluso teniendo un beat switch en medio. Los dos temas que le siguen logran subir el nivel por la genial decisión de samplear a Rosalía y un cierre con Fran Laoren que sorprende gratamente. Con toques de 808s & Heartbreak y un verso muy sentido por parte de Glory logran que me olvide de quien está cantando y hace de cierre perfecto para el proyecto.
YELA en su conjunto es un paso más en el camino de Glory, un proyecto en el que se nota una atención y un cuidado importantes. Tiene sus puntos flojos, como todo, pero eso no impide que sea una escucha disfrutable y con varias cosas a destacar. Aún así todavía no me parece que haya conseguido demostrar todo lo que pretendía, y tampoco tenía por qué hacerlo todo en un proyecto. Quedan todavía muchos años de carrera por delante para pulir todo esto o seguir sudando de todo, porque así funcionan en La Vendición a veces. De una manera o de otra, estaremos escuchando.