Después de una noche mágica en un concierto de MIKE, rodeado de ese aura fraternal y desenfadado que tiene el rapero de casta neoyorquina, cayó en mis manos el CD de su último y aclamado proyecto, “Burning Desire”, y con él un texto inspirador y definitorio sobre el concepto del disco que me hizo reflexionar sobre uno de los elementos más interesantes de la historia del arte moderno como son las máscaras africanas. En este álbum MIKE se cuestiona muchas veces sobre el arte africano, el estado del continente y demás temáticas socioculturales, además de aparecer una máscara africana al más puro estilo de Scream en la portada diseñada por Daniel Anum Jasper, pero no fue hasta leer este texto te das cuenta de la importancia de este símbolo y de las veces que ha sido referenciado.
«Un oscuro horror romántico con giros cómicos. Cuenta la historia de un fuego profundamente enraizado en la venganza y la devastación, enmascarado con una belleza intrínseca. Todo comienza en algún lugar entre la costa de Liberia y Costa de Marfil, la casa de la tribu Dan. Un tallador de máscaras mediocre, asociado a la tribu, carga el peso de una destreza apagada. Su máscara le pone en ridículo entre la comunidad. Lleva días y meses con el creciente deseo de hacer una sorprendente máscara, sólo para encontrarse con intentos fallidos, creció vengativo»
Fragmento de Burning Desire por Michael Jordan Bonema (MIKE)
Pero antes que nada, una pequeña introducción al mundo ceremonial de las tribus africanas y al verdadero significado de estas máscaras. Aunque aún no conocemos ni probablemente nunca conoceremos la verdad total sobre estos misteriosos objetos, algo está claro y pone de acuerdo a todos los expertos y es que, dependiendo de la tribu a la que pertenezcan, su uso es el de representar espíritus humanos o animales y seres mitológicos, creando un vínculo con lo divino y cobrando así sentido sus formas deformadas y su presencia en prácticas religiosas y relacionadas con la muerte entre otras temáticas espirituales. En un principio la belleza no era un factor a tomar en cuenta a la hora de su construcción y sus formas y características también dependen de su localización, uso y tribu, por lo que obviamente se pueden ver paralelismos entre la realidad y la ficción de las obras que se inspiran en sus elementos.
Ya distanciándose de estos usos tradicionales, las máscaras africanas han sido un elemento muy utilizado en el arte moderno, sabiendo pintores y artistas de muchas generaciones y estilos encontrar esa belleza en algo que en principio no fue pensado con ese motivo de deslumbrar por sus formas sino por su significado. Especialmente destacó la máscara africana como símbolo en el expresionismo, relacionándose en las formas deformadas de las caras y la relación con lo espiritual en lo que brillaban estrellas como Picasso que era un amante confeso de los aspectos surrealistas de estas llegando a ser una gran inspiración para sus retratos. Ya de forma más directa, pero también muy llamativa, está la representación del pintor alemán Emil Nolde, “Maskenstillleben III (Naturaleza muerta de máscaras III)”, que, a pesar de sus ideas racistas e inspirado por los retratos con máscaras de su referente James Ensor, le da un giro en cuanto a colores y formas a cinco caras humanoides. También en una etapa más moderna encontramos el arte primitivo de Basquiat entre los inspirados por el arte africano y, por lo tanto, también sus máscaras, que aparecen en varias de sus piezas como en la reconocida obra sin titular que representa a un hombre pescando y que se versionó para la portada del álbum “Pray For Haiti” del rapero Mach-Hommy.
Por otra parte, multitud de artistas han tapado sus caras u ocultado su identidad a lo largo de la historia por diferentes motivos. Bandas como Slipknot o raperos como MF DOOM adaptaron esas máscaras que surgieron como una casualidad a parte de su personalidad y las hicieron gran parte de su marca artística. Otros como Kanye West o Björk las han usado esporádicamente y dependiendo de la época y del estado en el que se encuentra el cantante y su carrera, usándolos también como elementos visuales para giras, pasarelas…. Otros han hecho uso de este método para mantener su anonimato, siendo el caso más conocido el dúo Daft Punk, pero habiendo representantes en el rap como el anteriormente mencionado Mach-Hommy o el rapero inglés LD que usa los tan en tendencia pasamontañas para evadir a la policía, ya que tenía prohibido actuar y estaba siendo perseguido en el momento en el que alcanzó la fama.
Donde hay dos elementos y dos tendencias está la fusión, aunque estas máscaras y la música siempre han estado muy conectadas como ya hemos dicho. Entonces de esta mezcla nacen proyectos como el del productor, DJ y multiinstrumentista inglés SBTRKT, que ha revolucionado y sigue renovando el mundo de la electrónica con vocalistas de primer nivel en sus canciones. Cuando comenzó su carrera en 2008, SBTRKT ya era un abanderado del “dejar que hable la música y no la persona” y eso juntado con su origen sudasiático hizo que, para no hacer su identidad el foco de atención, le construyeran una máscara de inspiración africana y asiática para sus apariciones públicas y conciertos. Así a la hora de presentar su primer disco homónimo, con el que tomó cierta relevancia en la escena electrónica, tocaba hacer la respectiva gira, que se presentaba como un espectáculo multidisciplinar al que se sumaba Sampha, sí, el colaborador de Drake en “Too Much”, Kendrick Lamar en “Father Time” o Kanye West en “Saint Pablo”, que aporta las voces de la gira y que también llevaba una simbólica máscara que se complementa con la del productor en los en vivo. Gracias a esto se dieron conciertos históricos en lugares tan singulares como el MoMA o Coachella en los que aparecían con estas máscaras y donde se reivindicaba este símbolo tan poderoso al que aportó gente como Drake, colaborando en un remix del tema “Wildfire” y teniendo varias apariciones en vivo. La máscara se convirtió finalmente en el icono de la música de SBTRKT en su más temprana etapa, pero que aún se sigue manteniendo como parte del legado del productor hasta el día de hoy. Doce años después de este primer vistazo a la máscara se han podido ver recuerdos y pinceladas en su más nuevo disco, «THE RAT ROAD», que trae de vuelta a Sampha o Little Dragon a la voz y que incorpora a nuevas estrellas como Teezo Touchdown o LEILAH
Alguien que también se ha presentado en múltiples escenarios con una máscara es Palaceer Lazaro del dúo de hip hop abstracto de culto Shabazz Places junto a sus diferentes colaboradores. En 2010 el dúo y otras agrupaciones aparecieron en el concierto de Seattle que tenían programado con máscaras negras hechas de materiales reciclados y que, según Lazaro, “fueron hechas en un estado de trance”, cargando así mucho significado en ellas. A partir de este momento la máscara pasó a ser una parte de el ecosistema de Shabazz Places durante el lanzamiento de sus siguientes álbumes y viniendo con ella premios y reconocimientos por la faceta musical y visual de la dupla. Después de esto parece ser que le cogieron el gusto a lo de taparse la cara y sus demás eras también fueron pensadas alrededor de una máscara de distintas influencias, no solo africana, haciéndolas uno de los distintivos de sus respectivas etapas y formando una gran parte del conjunto que es Shabazz Places.
Otro que también usó máscaras por allá del 2010 es el productor, DJ y filmmaker Flying Lotus, que como curiosidad está relacionado al gran John Coltrane. El aclamadísimo por la crítica y ganador de varios premios de la música independiente es catalogado como uno de los redefinidores y pieza clave del jazz experimental, la electrónica y el afrofuturismo, llevando estos estilos a todas partes con sus álbumes con series y películas de ciencia ficción, álbumes llenos de magia y colaboraciones con vocalistas de primer nivel como Thundercat, Snoop Dogg, Denzel Curry, Solange, Anderson .Paak y muchísimos más que son fanáticos y se inspiran del arte del productor. Esta historia como ya hemos dicho se remonta a finales de 2010 y principios del 2011 cuando el productor no era tan conocido y todavía no había catapultado su carrera apareciendo en discos de Mac Miller o en “To Pimp A Butterfly” de Kendrick Lamar.
En ese momento acababa de salir su disco “Cosmogramma” y había tenido un éxito considerable para la época por lo que salió a hacer unas cuantas exhibiciones del proyecto en las que se presentaba con una máscara que también portó en las fotos promocionales del álbum. Esta juntaba inspiración de tribus centroafricanas y en bastante medida de sociedades asiáticas, siendo el primer acercamiento público del artista con el mundo de las máscaras en general. Ya avanzando cinco años en su carrera y estando ya mucho más asentado y reconocido, Flying Lotus lanzaría “You’re Dead!”, probablemente su proyecto más popular y en el que se encuentran la mayoría de sus éxitos. Para este álbum sí que hubo una gran gira por toda Europa y gran parte de Estados Unidos y, como ya hizo en sus primeras demostraciones, apareció en los escenarios de todo el mundo con una máscara no muy elaborada pero que muestra toda la esencia del afrofuturismo del que Flying Lotus es abanderado y con la que intimidó a todo el público de sus show de electrónica.
No es casualidad que todos estos proyectos tengan que ver con la abstracción, la experimentación y el futurismo y demás aspectos que se pueden ver reflejados en la música electrónica de la que beben todos estos artistas, ya que el paralelismo con las vanguardias del siglo XX es más que evidentes. Es una realidad que los artistas más creativos y que piensan más allá de lo establecido son los que más se han fijado y analizado los componentes de estos objetos, llevándolos al extremo de su significado en su arte y manteniendo vivo un icono que se ha deformado hasta puntos donde se crean piezas increíbles con él como referencia artística.
Finalmente, quiero decir que como estos hay miles de artistas que se han inspirado en estas máscaras, sus formas y colores en muchas disciplinas y que han visto la belleza en esa irregularidad de la artesanía ceremonial africana. Además, cabe recordar que muchos ejemplos habrán quedado en el olvido, sin pruebas visuales o escritas de que existieron, como ocurrió con muchas culturas de las que provienen estos embozos. A pesar de todo, esta tendencia no ha acabado y aún se pueden ver hoy en día gente que trabaja con estos símbolos en mente, que los referencia en cada trabajo que hace y que sigue manteniendo viva las tradiciones ancestrales de estas tribus. Lo que nos queda ahora es esperar a la próxima aparición o mención de estas máscaras, que seguro llegará más tarde que temprano en el proyecto más inesperado para recordarnos todo lo que hay detrás de este icono del arte moderno.