Stanley Kubrick y Andrei Tarkovski, dos genios enfrentados

Stanley Kubrick y Andrei Tarkovsky fueron dos de los más grandes cineastas del siglo XX. Aunque ambos eran maestros del oficio, sus estilos y filosofías eran muy diferentes, y su relación fue compleja y a menudo polémica.

Kubrick era conocido por su meticulosa atención al detalle y sus innovaciones técnicas. Tarkovsky, en cambio, era un cineasta ruso partidario de las tomas largas, el ritmo lento y los temas filosóficos. A pesar de sus diferencias, ambos directores compartían una profunda pasión por el cine y el compromiso de ampliar los límites del arte.

Su relación comenzó a finales de la década de 1970, cuando Kubrick invitó a Tarkovsky a visitarle en el plató de su película «El resplandor». Tarkovsky, que estaba de visita en Estados Unidos, aceptó la invitación y pasó varios días con Kubrick. Aunque no se conocen los detalles de sus conversaciones, está claro que los dos directores sentían un respeto mutuo por el trabajo del otro.

Kubrick solía declarar a sus cineastas favoritos de todo el mundo, señalando al maestro ruso Andrei Tarkovsky como uno de sus directores favoritos, y destacando «Solaris», de 1972, y «El sacrificio», de 1986, como dos de los grandes de todos los tiempos.

Sin embargo, su relación no tardó en agriarse cuando Tarkovski criticó las películas de Kubrick por su falta de espiritualidad y humanismo. Tarkovski creía que las películas de Kubrick eran frías y calculadas, y que carecían de la profundidad emocional y la complejidad filosófica de su propia obra.

Supuestamente Tarkovsky hizo Solaris en un intento de superar a Kubrick después de que vio 2001, la cual describió como una propuesta “fría y estéril”. Curiosamente, a Kubrick realmente le gustó Solaris y estoy seguro que le parecía divertido que se comercializará el filme como “la respuesta de Rusia a 2001”.

En una entrevista realizada en 1970 por el periodista ruso, Naum Abramov, Tarkovsky declaró lo siguiente: «2001: A Space Odyssey es falsa en muchos puntos, incluso para los especialistas. Para que surja una verdadera obra de arte, la falsedad debe ser eliminada.

A pesar de sus diferencias, Kubrick y Tarkovski siguieron influyéndose mutuamente. Se dice que Kubrick se inspiró en el uso que Tarkovski hacía de las tomas largas y el ritmo lento en su película Barry Lyndon, mientras que las películas de Tarkovski estaban influidas por las innovaciones técnicas y la atención al detalle de Kubrick.

Su relación llegó a un abrupto final cuando Tarkovsky murió de cáncer en 1986 a la edad de 54 años. Kubrick, profundamente entristecido por la muerte de Tarkovsky, dijo al parecer que «hemos perdido a uno de los más grandes artistas de nuestro tiempo».